sábado, 1 de agosto de 2009

BRUMAS DE SENTIMIENTOS

BRUMAS DE SENTIMIENTOS


VUELVE


El sabor de tu linda boca,
tu piel, ese color,
de tu cabello dorado,
es fruta de primavera,
una primavera florida,
por el viento y el sol.

Lo sé, no me lo digas,
tú, bien lo sabes,
son días veloces,
que estoy a tu lado,
entre lunas y soles,
tierra, llanto,
lluvia que limpia,
nuestro sendero dorado.

Pero me acerco a mis sentidos,
miro a través de la luz, tu piel,
pero veo que desapareces,
te fundes, con esas paredes,
hechas de piedras,
de color miel.

Vuelve a mi corazón,
vuelve a mi cuerpo,
y volveré a tu tierra y contigo,
la tierra que tú eres,
es mi profunda primavera,
en la que yo germino.















MI MUCHACHA.


Hemos tenido que recordar,
y marchar hacia atrás,
en nuestras vidas y silencios,
recogiendo aquellos besos,
aquellos besos que nos dimos,
en el portal de los secretos.

Descubriendo aquel camino,
perdidos en el llanto,
con la luz de cada día,
con las noches del invierno,
aquella luna que fue tuya y mía,
que nos dio aquel reposo,
fundiendo nuestros cuerpos,
entre beso y beso.

Mi muchacha querida,
estamos frente a frente,
nos hemos encontrado
no hemos perdido nada,
ni el viento, ni el caballo,
ni una pizca, de dulzura,
ni aquel racimo de uva,
de color morado.
























FUEGOS Y CENIZAS



Años tuyos y míos,
sentidos en nuestras carnes,
pieles castigadas por los estíos,
hacer pasar nuestra infancia,
con el mismo cielo,
con el mismo viento,
los mismos mares y tierras.

Paso a paso, alejóse el tiempo,
de un océano a otro,
con alguna crispación,
con algún silencio,
hasta ver el cielo en llamas,
y ver como volaba tu cabellera,
entre las cenizas del fuego.

































AMAPOLA SEDIENTA.



Nos hemos recorrido labio a labio,
hemos cambiado,
entre nosotros hasta la muerte,
todo son nuestras medallas,
ganadas el mil batallas,
contra viento y marea.

Mis manos, no se sacian de ti,
mis besos, no quieren descansar,
no retiro mis palabras,
no retiro mi sentir,
tengo sed y no es agua,
tengo sed y es de ti.

Es amor lo que defino,
mi territorio tiene fuego,
tu cuerpo, no es solo una rosa,
para mí, tú me has traído,
el barro de la infancia,
y una suave mariposa.
.
Color de agua escondida,
las olas de una playa nueva,
el sentir el sabor a selva,
de maderas y secretos,
profundas hojas que esconden,
un amor siempre añorado..

Amor mío, llegaste preparada,
como amapola sedienta,
como guerrillera de seda,
con esplendor y hambrienta,
para luchar a mi lado,
aquí, nos encontramos,
tu seda, yo metal,
huyamos de la tormenta,
nuestro amor, aquí,
queda escrito, en esta cuartilla






TU CUERPO.



Oh amor, tu cuerpo deslumbra,
como línea pura de vasija,
con esa tierra amasada,
por el alfarero,
alfarero y artista.

Tu cuerpo, con esas líneas,
piden amor, piden contacto,
piden la noche, piden silencio,
si quieres,
contigo comparto,
la dulzura y el incendio.

No te estremezcas,
con estas palabras mías,
duerme en mi nombre,
con signos de melancolías,
y sobre mi corazón,
respira, respira esta noche,
sobre mi pecho desnudo.

Y cuando llegue el amanecer,
los pétalos del jazmín,
te envidiarán,
de tu amor, de tu placer,
como dos campanas,
que tocan a fuego.


















MIS ALAS


Abro mis alas al viento,
olor y sabor de romero,
sensación blanca de espuma,
esto es; lo que llevo dentro.

Doblegando sentimientos,
de amor; locura y tormento,
sentimiento, en cada momento,
en el telón de los deseos.

Voz que grita a cada paso,
aún sin saberlo, gritando,
el dolor, raspa que raspa,
hasta llegar a mi adentro,
allí se queda anidando,
como ave sin remedio.

Y aún así…
abro las alas al viento,
un viento de poniente,
que rompe el silencio.


























LA LUNA


La luna refleja en el río,
quiere oír, versos de amor,
ella escucha en silencio,
cuando el río, se hace hablador.

Con el roce de sus labios,
se ha sellado una ilusión,
siente, que llegue el día,
y desaparezca su amor.

Juega el viento con los pinos,
sueña el día, con el canto del ruiseñor,
duerme el mago en la montaña,
¡y é aquí,
este poema de amor!































OLVIDAR



Dijiste contra el camino,
mil cosas enardecidas,
hasta con tu ancho vestido,
su encanto maldecías,
y la estrechez de tu calzado,
por no dejarte caminar,
adonde tú querías.

Por todo esto, alguien ha tachado,
tu sermón tan severo,
hacia quien engaña al cielo,
porque olvidando tu vocabulario,
encontrarás la virtud,
que dejaste en el tintero.
































EL AMOR DE LA ESPERA.



No hallé jamás la matutina estrella,
en tus brazos rendido,
al que bebió de tus labios,
mujer hermosa y bella,
el suspiro, de amor correspondido.

Para él, no tiendas,
tu brillante y espeso velo,
escucha a la noche sosegada,
la trémula luz que esmalta el cielo,
da en amor, a esta sombra deseada.

Si el tiempo del placer,
se hace dichoso,
no huyas, con veloz carrera,
une con breve y plácido reposo,
las dichas que se han gozado,
en tan larga espera,





























AMPARO

Amparo; incendiada rosa,
émula de la llama,
que sale con el día,
¿cómo naces tan llena,
de alegría?.

¿Si sabes que la edad,
que te da el cielo,
es apenas un breve,
y veloz vuelo?.

Valdrán; las puntas,
de tu pelo color miel
a tener en cuenta,
tu púrpura hermosa,
ejecutada,
del hada presurosa.

El mismo cerco alado,
te estoy viendo riente,
tu amor;
lo tengo apaciguado,
y presto,
en mi pecho ardiente.

Para las hojas,
de tu crespo seno,
son como alas blancas,
plumas de oro son tus plumas,
y de oro, tu cabello.

¡Oh fiel imagen peregrina!,
símbolo de amor,
de tu rojo color,
de sangre divina,
de tantas primaveras,
que dieron rosas,
a nuestras vidas.

Róbate, al menos una hora,
róbate, el silencio,
el color y el aliento,
haz, que sea el viento,
el testigo de nuestro amor,


.

CON MI ALMA.


Quiero que me hagas el amor,
desde dentro,
con tu alma,
más que con tu cuerpo.

Quiero sentir tus besos,
sobre mi cuello,
quiero notar como tus manos,
moldeen mi pecho,
y morirme contigo dentro.

Dentro de mi cuerpo,
de mi sentimiento,
quiero tenerte, entre mis brazos,
hasta que se nos acabe el tiempo.

Que me muerdas los labios,
mientras bebo de tu aliento,
deja que mi alma se envuelva,
y te muestre el universo.

Quiero notar tu pasión,
sentir, como vibra tu cuerpo,
quiero hacerte volar, llorar,
perder el conocimiento,

Yo te haré sentir,
más allá de los placeres terrenos,
y conmigo sabrás,
que nuestros cuerpos,
juntos, fundidos,
rozarán los cielos,
no habrán límites,
para nuestros deseos.

Y en el umbral del placer,
verás mis ojos serenos,
que te observan tranquilos,
y te dirán,
lo mucho que te quiero.







Y tú, sin casi aliento,
al borde del enloquecimiento,
gritarás mi nombre,
con el pensamiento,
y yo, desde el silencio,
desgarraré mi garganta,
en un grito ahogado,
que me saldrá de dentro.












































EN EL RECUERDO



En este tiempo cansino,
sin ninguna esperanza,
he llorado,
cientos, miles de lágrimas,
han llorado mis ojos,
ha llorado mi alma,
he llorado en la roca,
que tanto te extraña.

Te he buscado en mis sueños,
te he buscado en mi playa,
allí,
donde no llegan las palabras,

Sólo me queda tu silencio,
silencio, que me quema y mata,
silencio en que por él navego,
en el barco de la añoranza.

Ni el tiempo, ni la distancia,
apagarán tu recuerdo,
que despacito,
y yo sin saberlo,
se metió, muy dentro de mi alma,

Solo deseo, que algún día,
al recordar mi recuerdo,
una pizca de alegría,
salpique el brillo,
de esos, tus ojos negros.

















TE SIENTO




En la noche tiemblo,
en la noche,
porque no te tengo,
te siento cercana, lejana,
te siento,
a mi, me llegan tus pensamientos,
pero no sé,
si tú recoges mis besos.

No sé, como es tu cuerpo,
pero sé, que poco a poco,
te tengo.

Marchas, y la soledad,
me atrapa,
entonces quiero llorar,
desde dentro,
quiero llorar,
llorarle, al sentimiento.

Siento, que tus manos,
recorren mi cuerpo,
manos de aire que me acarician,
en mis sueños,
caricias que tan tiernas presiento,
en mi constante silencio.

Y tus ojos,
en los que no me reflejo,
quisiera mirarme,
mirarme en ellos,
pero aunque los busco,
entre las estrellas,
los busco, pero no los encuentro.

Escucho a través del tiempo,
los latidos de tu corazón,
latidos, en los que me mezclo,
latidos, que colman mi alma,
latidos, que golpean mi pecho.







Y en la distancia,
y en el tiempo,
y en todo aquello,
que nos separa,
encontraré el espacio,
encontraré el momento,
para que mis labios,
en los tuyos, depositen un beso.

Lo mucho que siento,
no estar en tus brazos,
en la entrega de tu cuerpo,
tu mente y aquello que guardas,
en lo más profundo,
de tus sentimientos.

































LAS GAVIOTAS DISCUTEN


Las gaviotas discuten,
con el rocío de las olas,
mientras la rabiza del pescador
hacen círculos, durante horas,
por el viento que reciben
alrededor del arrecife.

Donde un bidón se oxida,
un año hace, que
han finalizado las tormentas,
los hombres llenos de miedo,
han escuchado las vidas,
caídas y destrozadas,
como faroles en sus ventoleras,
o caído juntos, en hogueras.

Pero ahora, se abren espacios,
grises como nubes de humo,
los pájaros se pliegan en grietas,
y la arena ha sido rastrillada,
de huellas de las gaviotas.

La mar, que se aprecia,
de que ningún nativo la marque,
aún ofrece tales lugares,
para la pluma del egoísta.
y el coral de la isla,
tiene lugares en el cerebro,
para que piense en destruirlas.

Las gaviotas se dispersan,
ya, más tranquilas
con la luz de las olas,
crestas que blanquean con indiferencia,
veo, allá a lo lejos,
maderas que flotan,
o barcos, que se fueron a pique.












REYEZUELO



Me tiembla un pensamiento,
no mayor, que un reyezuelo,
el pulso se dispara,
en mi redondeada alma,


Me das pena, reyezuelo,
más de la que tú, das al gusano,
prepara con atino tu suspiro,
que pronto vas a dar,
¡miedo me das!
como una aguja de calcetar,
a la lana,
el temblor que das.


Tu suspiro,
tan metido en surcos,
como mi pluma lo era,
picando en esta vena,
ya verás lo que pasa,
reyezuelo;…!me das pena!


























SI SUPIERAS.


Si supieras como sufro,
al tenerte como amiga,
eres amiga; recuerda,
pero te adoro, por tu amistad,
te adoro, por tu verdad,
te adoro, por tu sinceridad,
pero te adoro más,
por el cariño que me das,

Si supieras cuántas veces,
pretendo tenerte a mi lado,
sentir tus manos, tus caricias,
sentir ganas de besarte,
pero sobre todo, decirte que te amo.

Es tan grande mi pena,
de no estar a tu alrededor,
pero me conformo,
en ser tu amigo,
aunque me muera, de dolor.

























ANA




Me encontraba, en una vaguada,
pensativo hundido sólo,
vi. en lo alto, un ángel hermoso,
era; mi encantadora Ana.

Eres tú, mi niña hermosa,
virgen de púdica risa,
eres tal fragante brisa,
que salen de tus labios,
la más que adorable sonrisa,

Si bello, es un ruiseñor,
que alegre canta en una rama,
yo te manifiesto el amor,
que tengo, dentro de mi alma.

En prueba de mi amor por ti,
te escribo estos versos,
es todo lo que por ti siento,
y me salen muy dentro de mí.






.
















TIEMPOS SIN MEMORIA.


Te pienso,
luego de una larga noche,
lleno de sombras,
y espacios fríos.

Te pienso,
en los abismos simulados,
me siento como despierto,
te estoy soñando,
en mis silencios largos.

Te pienso,
pero no estás ausente,
llega mi despertar,
y existe tu sombra,
que danza,
que danza pausada,
su lecho buscando,
para acunarse en mi espalda.

Luego pienso, en tu larga ausencia,
y es como si tu voz,
a gritos me llamara,
a reunirse con mi boca,
de la que me emana,
un manantial de sal,
perdido entre el cielo y rocas.

Te pienso, en mi despertar,
y ahora, mi voz te llama,
te clama,
¡ay! si el tiempo,
no fuera un cruel tirano,
derrumbando el cariño,
que siento por ti.

Tiempos sin memoria,
dejando la mente vacía,
si diese tregua, el tiempo,
para recuperar tu ausencia,
y recuperar lo perdido,
podrías de nuevo,
venirte contigo.



MIEDO TENGO.


Miedo tengo de no volverte a ver,
de no volver a sentir,
tu piel sobre mi piel
ni siquiera nuestro amanecer,
que las sábanas, nos envuelven.

Es el indeciso presente,
dejando a un lado el ayer,
es natural, es evidente,
al amargo sabor,
que nos envuelve.

Miedo tengo, mi amor,
el empezar un triste olvido,
que de sólo pensarlo,
se derrumba mi alma,
y mi corazón,

Se me cruzan tantas cosas,
tantas, que quisiera,
gritarle al viento,
a la lluvia, a los truenos,
lo mucho que te quiero.


























EL ECO DE MI VOZ.


El eco de mi voz,
se pierde en el silencio,
como se pierde un sendero,
allá por el horizonte,
entre la tierra y el cielo.

Una música,
gime en mi oído,
sondea mi interior y ruge,
y mi voz se esconde,
al ver al tornado violento,
en que todo a su paso,
lo destroza y lo hunde.

Hasta mi eco vuela,
en busca, de cosas ocultas,
de huellas escondidas,
en las tardes azules,
y descubro almas perdidas,
entre las ruinas, de los montes.

Pero la música sigue,
no para de sonar,
socavando mi interior,
como un abismo profundo,
que se esconde en el mar.



















NOSTALGIA.


No sé si es deseo,
o si es sentimiento,
o soledad,
o es todo junto, lo que siento,

Tal vez, la gris tarde,
trae la nostalgia y el recuerdo,
o de aquellas mañanas,
no me acuerdo,
pero fueron junto al mar.

¡Te acuerdas!,
un café en mi compañía,
un libro en la mesa,
un pensamiento de estrategia,
en tus labios esa sonrisa,
en que me dan ganas de besarte,
y seguir contigo, cada día.

Si…tal vez lo gris de la tarde,
me trae buenos recuerdos,
besos que añoro ahora,
ahora, que estoy lejos,
ahora, que tus olas,
no mojan mis labios,
los tengo secos, muy secos.























RECUERDOS A MI PUERTO.


Cómo te deseo, puerto mío,
ya no podré besar tus tibias aguas,
cómo te deseo, puerto mío,
ya no podré acariciar,
tu caliente arena del estío.

Como quisiera a estas horas,
rozar mi piel en tu espuma blanca,
cómo quisiera estar contigo,
solo en tu dorada playa.

Como desearía que al despertar,
estar allí, contigo, sentir que el mar,
a mi oído canta,
la canción del verano.

Pero estoy lejos de ti,
querido puerto, querida playa,
estoy detrás de la muralla,
sin ver tu agua cristalina,
como cuando te dejé, por última vez.

Cómo resplandecerás bajo el sol,
un sol digno de calor,
que cuando, yo me bañaba,
me entibiabas el alma,

Sin oír, tu agradable rumor,
de tus olas blancas,
no, no me olvido de ti,
me siento resignado,
me siento como un jazmín,
con su flor blanca,
porque me acuerdo mucho de ti,
y de tu playa.
que es, mi playa.













JUGAR A VERTE.


Tardes de diciembre,
tardes frescas y lluviosas,
juego, en poder verte,
el sol se esconde en el ocaso,
detrás de las grises montañas,
que rodean al pueblo.

Llegará la noche oscura,
con su flamante luna,
iluminará plazas y calles,
mi corazón seguirá pensando,
en jugar a verte,
y poderte estrechar en mis brazos,
sentir tu piel… y quererte.

































LÁGRIMAS DE BRONCE.


Me estaré siempre lamentando,
de aquel día triste de otoño,
cuando te fuiste, por la vereda,
y me dejaste abandonado.

Ese día, lo recordaré,
cómo recuerdo otros momentos,
estamos tú y yo,
llenos de sentimientos,
¡te acuerdas allá junto al río,
cuando nos dimos un beso!.

Fueron días de emociones,
que nunca, debieron terminar,
pero por encima de todos ellos,
queda la alegría y la felicidad,
la grandeza de unos sueños,
hechos realidad.

Me quedo, con los ojos llorosos,
son, lágrimas de bronce,
es un caos permanente,
que no puedo ni pensar,
en un triste día, octubre y once,
que no lo puedo olvidar.

















ES CUESTIÓN DE RAZONES.


El viento soplaba en la aldea,
los papelitos se regolfan en sus rincones,
de una iglesia vieja, donde su veleta,
no para de se dar vueltas.

Acaba el día de amanecer,
con ese sol tibio del invierno,
ese frescor que enfría la piel,
del más sensato aldeano,
es una cuestión de razones,
en que tiene que salir de su casa,
para el trabajar, el campo.

Pasará por caminos polvorientos,
con su azada sobre el hombro,
es cuestión de razones,
escuchará los silencios,
que le rodean al caminar,
entre los arbustos sedientos.

Deletrea una canción, sin armonía,
que ensaya, con su inexperta mano,
piensa en el sentimiento del piano,
que tenía, cuando era pequeño.






















QUE PROFUNDO ES TU AMOR.


Yo, no he podido dejar de pensar,
en tu sonrisa,
en tus ojos también,
en el momento que te abrazas,
fuerte a mí, contigo vuelo,
cuando rozas mi piel,
te empiezo a querer.

Y me das cariño,
y mucho amor,
un amor completo,
no hay palabras
me robas el corazón,

Que profundo es tu amor,
lo siento, a la vez,
que suspiras,
cuando yo no estoy,
y, si no estoy,
contigo en el salón,
se me parte el corazón.

Un beso para mí,
es lo más grande,
que puedo sentir,
me gira el cerebro,
a más de mil.

Por ti, daría mi todo,
mi vida entera,
eres tú, mi cielo,
no me puedo imaginar,
vivir sin tu alegría.
















QUE MÁS ME DA.


Suspiro por tu amor,
sé, que te dije y perdona,
en que volvería,
a amarte así,
porque sigues dentro de mí.
y en mi pensamiento

Sólo quiero tu amor,
no te puedo olvidar,
lo deseo en mí callar,
siento como un desquebrajar,
aquí dentro de mi corazón.

Es una fatal sequía,
lo que siento por ti,
sé, que mi amor moriría,
si no estás junto a mí,
en esas noches frías,
junto a la luz del candil

Como me pude enamorar,
de quien no llora por mí,
siento un desangrar,
es un corazón,
es el mío, es así.

No puedo, de ti sospechar,
que de mi, te estás burlando,
quiero desearte, amarte,
antes que la luna, escampe.

El dolor, apaga mi fantasía,
no me digas nunca no,
convierte mi pena en alegría,
déjame quererte,
dime que todo, fue un error














DIME, SI NO ME AMAS.


¡Sabes!, tengo rabia,
por que te callas,
cuando te pido más,
llegas, media hora,
me devoras y te vas,

No te impido marchar,
y cuando vuelves,
te encuentro fría,
te siento rara,
eres como una ola,
en que quiere escapar,
del mar.

Noto, que palpitas,
tiemblas, gritas,
dime que te pasa,
o miente tu cuerpo,
o dime, que no me amas.

Cuando me arranco,
en darte un beso,
sientes como un tormento,
¡por qué!,
también mienten tus labios,
dime, si no me amas.

Vuelves a mí, como si nada,
me dices dos palabras,
y caigo en la tentación,
de otra madrugada.

Y en mi almohada,
hay migajas de amor,
te vuelves fría,
te vuelves rara,
eres como un castigo,
que nunca quieres dejar.









SI YO TUVIERA CORAJE.


Si yo tuviera coraje,
para gritar lo que siento,
y si el universo me escuchara,
aunque sea un desconcierto.

Gritaría fuerte, fuerte,
que están ciegos,
los hombres que destruyen,
este mundo con sus propias manos,
la tierra en que nacieron.

Si yo tuviera coraje,
para parar el viento,
lo que mi corazón lleva,
desde hace, mucho tiempo.

Le pediría,
que alborote el planeta,
con mi acento,
y que lleve mi plegaria,
a través del tiempo.

Si yo tuviera valor,
pediría que me expliquen,
el porqué me negaron de niño,
la tierra de mis adentros,
porqué mi emigración,
hacia suelos ajenos.

Si yo tuviera coraje,
y en estos versos que tengo,
para que escuchen mi voz,
las razas de todos los pueblos.

Les diría, que se vive,
dentro de la esperanza,
un hoy, un mañana,
de crear un mundo de amor,
sin guerras y sin miedos.

.







AQUÍ TE ESPERO.


Si, si, aquí te espero,
quizás no sea en vano,
aquí te busco,
enredado en mi letargo.

Aquí te espero,
en las playas de mi puerto,
con su manso espejo de agua,
que refleja tu encanto.

Aquí, donde estoy te busco,
entre la arena y la blanca espuma,
bañado de caracolas,
dibujando tu ternura.

Si, si, aquí te espero,
jugando entre las dunas,
que son mi encanto,
mirando las estrellas,
porque tu estás,
en cada una de ellas.



























SI ME QUIERES.


Si me quieres,
no me lo digas todavía,
. deja que tu encanto,
ilumine mi vida,
y siga surcando el momento,
de las horas a compartir.

Si me quieres,
no me lo digas todavía,
espera un momento,
quiero seguir disfrutando,
el silencio de tu compañía.

Si me quieres,
no me lo digas todavía,
deja que tus ojos lo hagan,
mirándome a la cara,
para quedarte convencida.

Si me quieres,
grítale al viento,
no temas, ten valor,
agita el fuego,
que encenderá la llama,
que nos dará, vida y amor.
















A CARMEN LÓPEZ.


Te escribo, en este papel,
un pedazo de ser,
que me pertenece,
un poco,
un poco de sol,
que me alumbra a diario,
un poco de Dios,
que me fortalece.

Te escribo en este papel,
un insignificante espacio,
de inspiraciones,
un poco, de mis tardes,
tan solidarias,
un poco, de mi risa,
que existe siempre,
un poco, de silencio,
poblado de locuras,
un poco, de mi pasado,
y de mi presente.

Te doy, en este papel,
un poco de mis ganas,
de andar por la vida,
un poco de calor,
de un verano valenciano,
un poco de montaña,
de frío y nieve,
en fin, te doy,
un poco de todo, lo que soy,
porque eso, soy

Te veo a diario,
junto al mar,
prendado de tus labios,
con las palabras,
como único puente,
entre tú y yo.

Con un único tesoro,
esta poesía,
que se abre cada instante,
una amistad y un estandarte,
para agradecer,
lo que nos dio, la vida.





VOLÉ EN TU RECUERDO.


En una hora de sosiego,
volé en tu recuerdo,
me escapé, hasta tu espacio,
me refugié, en el cielo.

Te buscaré entre las brumas,
brumas doradas en este puerto,
te encontraré entre las dunas,
casi muerta, en el silencio.

Te soñaré, como gaviota,
que libremente remonta su vuelo,
te soñaré, como numerosas aves,
que despliegan sus alas al viento.

1Te acuerdas!,
estuve en ti, junto a las rocas,
acunando la paz del mediterráneo,
y en este lugar tan sensible,
me enamoré de ti,
de ti, si,
este servidor humilde,

Volé hacia ti, escapando de mis miedos,
hasta soñé contigo,
con tu espacio y cielo,
me crecieron unas alas,
y me mataste, en mi vuelo.




















LA MAGIA DEL AMOR.


Corté una flor,
la cual, la cultivé con amor,
pero esa hermosa flor,
que eres tú,
se marchita,
si no estás a mi lado.

Te puedo ofrecer, una cometa,
cuando sopla el viento, se eleva,
haya o no haya sol,
la cual no se cae, ni se lamenta.

Porque tenemos,
un verdadero amor,
que nos une a los dos,
con una simple razón,
que nos daña, al corazón.

Todos, algún día tendremos,
un amor, y es mejor,
no apresurarnos,
aunque nos desesperemos,
llegará algún día,
y ese día, llegará






















MOMENTOS SIN TI.


Sentado en una gran piedra.
me pongo a pensar,
tú, subida en una suave nube,
yo sigo pensando en ti,
no te encuentro,
y me pongo a llorar.

Me subo a la linda luna,
me pongo a recordar,
pero desde aquel momento,
te empiezo a extrañar.

Desde que era niño,
soñaba en poder volar,
y, que me reiría alguna vez,
sentado en algún lugar,
para poder descubrir,
en que llegaría el amor, a mi ser.

Desde aquel día,
amé con todo mi poder a la vida,
tan fría, tan sombría,
aunque frutos, no me diera.

Yo siempre sabré comprender,
los momentos sin ti,
aunque mucho llegue a crecer,
es mejor caer, en el anonimato.


















SOÑARÉ.


Sonaré con tu beso,
de tus labios ardientes,
soñaré con tenerte,
cerca del cielo, si quieres.

Me apasiona ver mi río,
con su esplendorosa corriente,
pero lo que más me apasiona,
es verte, frente a frente.

Soñaré con un susurro,
de tus labios, en mi oído,
pero mil cosas hermosas,
quisiera decirte,
pero, jamás te diré,
que mi amor por ti,
nunca se ha perdido.

Soñaré,
que vivo dentro de ti,
sumergido,
en tu alma eternamente,
aferrado, al calor de tu cuerpo,
y así, poco a poco,
poder recorrerte,
y esperando,
ese primer encuentro,
para volver, a quererte.




















A UN CORAZÓN.


Mirando estoy al cielo,
una estrella encontré,
resplandeciente y bella,
la miré;
me dije, así resplandece,
la luz de tu mirar,
que ilumina, mi caminar.

A mi lado, y en miserias,
te brindo; mi cariño,
mi sinceridad y bondad,
esperando a cambio,
tan solo, la felicidad,
que tú, me puedes dar.

Tal vez,
no nos conocemos,
lo suficiente,
pero aún así, te llevo en mente.

A Dios le agradezco,
que estés presente,
y a Él, le pido,
que no estés nunca ausente.

Sé, que algún día,
no estarás a mi lado,
y el aquel día incierto,
estas letras, habrán cubierto,
tu corazón quebrantado.

















SUS PIERNAS.


Si me quedo en silencio,
puedo escuchar el rumor,
de sus piernas,
unas piernas que las roza el viento,
me hacen subir, mi ilusión.

Allá a lo lejos,
cuando viene caminando,
trae un idioma, que me habla,
le espero a la lejanía mirando,
con mis harapos desgarrados.

Pero cuando llega,
si se sienta frente a mí,
las cruza, las pliega,
de tal manera,
que la falda le tapa,
hasta las rodillas.

Pero a veces, si no las cruza,
su forma adquiere,
una deslizante sensualidad,
hasta que en ese momento requiere,
un adorable bienestar.





















AMO A UNA MUJER.


Una mujer,
que me da valores,
que lucha por mí,
que sufre,
cuando estoy enfermo,
me cuida
en mis constantes dolores.

Que me alienta,
a seguir mis sueños,
me despierta,
me ayuda a luchar,
en mis proyectos.

Que siempre,
está conmigo,
en los momentos,
difíciles de mi vida,
y lucha y lucha,
a calmar mi rebeldía.

Que me da apoyo,
que me da cariño,
que me brinda su amistad,
sin interés alguno























SOMOS.


Camino despacio,
absorto en mi idea,
imagen de ensueño,
semejas tinieblas.

Rubor platinado,
de luna serena,
luz acongojada,
de estrella siniestra.

Siento, que me hablas,
es absurda tu idea,
si somos como el filo,
de una roca vieja,
que tiene poemas,
pero carece de lengua.

Somos, en la noche,
sombra de una queja,
que silva en el viento,
sin rozar, mi oreja.

Somos, como el agua,
que todo lo moja,
estamos desolados,
como un libro sin hojas.

En vano te busco,
porque siempre te escondes,
si en gritos te llamo,
sinceramente creo,
que no tienes ni nombre.

















AMOR SIN ROSTRO.


Pensando en ti,
me dejé sorprender,
imaginando en tu rostro,
mil formas,
no sé como son,
ni como retornas.

Te siento…
en mi alma desvalida,
el pulso se acelera,
me trastorna,
mi ser de conformista,
se conforma,
de dolor, de tristeza,
se suicida.

Sabemos de los dos,
sin conocernos,
en antaño nos estuvimos,
sin tenernos,
tú y yo así,
con el amor en brazos.

Heridos de traición,
llorando las penas,
nuestras almas tendidas,
en la arena, de aquella playa,
desconocida.



















TUS OJOS FUERON.


Tengo mi vida, llena de pena,
vagando en un mundo sin luz,
sin esperanza ni consuelo,
vivo,
en un profundo sueño.

Son tus ojos, que me alumbran,
en mi vida,
el amor que me brindaste,
te quiero con locura,
y te juro, no olvidarte.

Ay amor…
no me niegues tu querer,
te lo suplico,
prenda querida,
quiéreme, como si fuera,
la primera vez.




























EL EXTRANJERO.

Tú eres Aquiles,
el hermoso perdedor,
el de la espada de hierro,
el de la radiante,
cabeza coronada,
el mejor.

La verdad que sí,
¡Oh dioses inmortales!,
que sois realmente bellos,
no me extraña en absoluto,
que Helena,
perdiera el aliento.

Yo soy Tersites,
el guerrero aplastado,
por tu brazo,
y el peso brutal,
de tus caballos.

Yo soy el que te ama,
en medio del fragor,
de las batallas,
mordido y ensangrentado,
por tus perros.





















BIEN LO SABES QUE TE HE QUERIDO.


Te he querido,
tú, bien lo sabes,
te he querido,
te quiero.
a pesar de ese hilo de luto,
que me hilvana,
cuando llega la tarde, a su filo.

Y tengo miedo
del pájaro de nubes,
de la lluvia,
del silencio,
que llevo conmigo,
a todas partes.

Tengo miedo a la noche,
a quedarme encerrado,
en los alambres del sueño,
a la palabra olvido,
y a tus brazos acerados,
en forma de barrotes, dorados.

Miedo a recorrer la casa,
y verla vacía,
o a no quererte de nuevo,
no me abandones,
en esta ausencia tan larga.

Recuerda,
lo que he sido para ti,
en otros inviernos,
en otros estíos,
en otros otoños,
o el las primaveras.

Los barcos que llegaban,
sin muertos a la orilla,
el ruido de las olas,
y el viento,
recuerda, el viento,
doblando, por las esquinas.






EN LA OSCURIDAD, HAY UNA LUZ.


Triste y vencido estaba,
en una profunda depresión,
de una traición,
de un amor pasado,
en una triste oscuridad me hallaba.

Perdido y vencido,
por largos meses, estuve en casa,
triste oscuridad,
sin nadie a mi lado,
que me diera una oportunidad.

Aunque había mucha gente,
por mis lados pasaban,
no los veía a ellos,
y si me hablaban,
no escuchaba,
parecía estar ausente.

De repente,
entraste tú, te vi, y una luz,
apareció en la oscuridad,
que alumbró a mi ser,
como un faro de luz,
que en la noche,
alumbra, a un barco perdido.

Cerca de mi lado estabas,
pero tan lejos de mí,
por ciertas razones,
que entendemos los dos,
pero aún de lejos, te admiraba.

Aunque tengo que admirarte,
soy, como un barco,
perdido en alta mar,
esa luz voy buscando,
para mi salvación.






DOS CORAZONES.


Estoy oyendo los llantos,
de dos corazones,
dos corazones,
que sufren por amor,
dos almas desiertas,
pero fundidas por el amor.

Tan cerca están,
estos dos corazones,
pero lejos, de uno al otro,
y dos almas que lloran,
unidas por la pasiones.

Dicen,
que cada persona,
tiene un Ángel Espiritual,
y que son ellos que juntan,
los dos amores, sin ningún ritual.

Que distan del uno al otro,
y hacen que dos personas,
sueñen, en verdaderas pasiones,
de amor y sentimientos,
con futuras obligaciones,
de amor.

Hay que pensar,
que la vida es corta,
el tiempo, se va volando,
ya es hora que practiquemos,
nuestros amores,
para no tener dolores,
en nuestros corazones.

Y quizás,
hasta la muerte,
se pueden sorprender,
a uno o al otro,
entonces será tarde,
si no antes, de poder,
unir, a dos corazones.






DESILUSIÓN.


Yo tenía una ilusión,
esperanzas e ilusiones,
de un nuevo amor,
sueños de noche,
de mucha pasión,
pero,
la mujer de mis sueños,
se fue de mi vida,
sin explicación.

Ahora me dicen,
que en otros brazos anda,
que desilusión,
más cruel estoy pasando,
mi corazón se siente pesado,
como un pedazo de plomo,
creo que tengo otra depresión.

No sé lo que hice mal,
triste y vencido me quedo,
nunca será el mismo,
con este triste corazón,
que tuvo tantas ilusiones,
de conseguir tu amor.

Amar sin ser amado,
vivir sin esperanzas,
vivir sin ilusiones,
sufrir por el resto de mi vida,
con un dolor de corazón,
causado,
por una triste ilusión.

















TU MADRE.


Cuando murió tu madre,
lo supe,
de una forma distinta,
quizás poco clara,

De herencia te dejó,
un álbum de fotos viejas,
una antigua cómoda,
con cristal de bohémia,
un cuadro con jazmines,
y una calle,
con viejos adoquines.

Al dejar este mundo,
no lloró casi nada,
¿o mucho, poco importa eso ahora?.

Pero hoy, al recordarla,
detrás de los cristales,
de esa ciudad sin niños,
me ha venido una gran pena,
ver la imagen de su cuerpo,
a través de la ventana,
y su isla de colores.

El muelle de su puerto,
con sus barcos dorados,
su casa, el mar, las plataneras,
paraísos oscuros y delicados,
cubiertos de sal fina.

Era, como una muchacha,
tierna, con sus flores de azahar,
pegadas al escote,
con su toca a su espalda,
evitando el frío, del amanecer.

Se asomaba a la ventana,
viendo como moría el agua,
por detrás de la línea,
que llaman horizonte.








Tu madre, me contaba,
que le gustaba verse,
dulce y romántica,
y mirar aquellos barcos,
que sin tocarlos,
se hacían diminutos,
y quedaban engullidos,
por la azules mareas.

Esa, era tu madre,
yo tuve esa ocasión,
de conocerla de cerca,
me cultivaba con fervor,
de cosas útiles, para mi porvenir
































CÓMO SE LO EXPLICO A MI CORAZÓN.


Mamá…
Cómo le explico a mi corazón,
que ya no te tengo,
cómo le digo a mis ojos,
que ya no lloren,
cómo le digo a mis brazos,
que no puedo abrazarte.

Cómo le digo a mi corazón,
que no sufra por tu ausencia,
que cuando digo…mamá,
siento que muero de tristeza.

Si el día que te fuiste al cielo,
sentí, que moría por tu ausencia,
pero me consuela,
que estás en cada planta,
de la Avenida de la Plata.

En el lugar,
que siempre fuiste feliz,
y te imagino, sonriente,
te imagino, como ese jazmín,
que da flores blancas.
que dan pureza, a mi jardín.

Aunque en este momento,
llore tanto,
porque deseo abrazarte,
pero mis brazos,
no pueden alcanzarte.

Decirte, que te quiero,
con todo mi corazón,
y poder explicarme a mi mismo,
y a nuestros hijos
que ya no regresarás…mi amor.













POR FIN, VI UN ATARDECER.


Hacia casi una eternidad,
que no veía atardecer,
con esas nubes grises,
de esa primavera lluviosa,
porque el ver así,
las praderas verdes,
me hace suspirar.

Vi aves volver a sus nidos,
presurosas cansadas,
después de sus largos caminos,

Ya es realidad, no son sueños,
¡oh!, mis sueños,
producidos en mi lecho,
sin salir de casa,

Solía pasear, con la luna llena,
visitaba a los enfermos,
solía visitar a los niños,
en su triste orfandad,
o bien, en la ciudad,
o en distintos, pueblos.

Con esas casitas de caramelo,
de chocolate,
mundo, donde no hay dureza,
en el sudor de los mayores,
donde se ve una pureza,
en las mujeres del campo.

Hoy, he vuelto como ha nacer,
después de estar en prisión,
hoy, soy adulto y serio,
parado entre la tarde y la noche,
donde vi por fin, un atardecer.











EL NOCTURNO LUMINOSO.


Como un pintado mapa,
de amarillo violento,
sobre una gris pared,
como una mariposa temprana,
en medio de los niños del aula.

Inesperadamente, es así,
cuando es más la noche,
la noche de los ciegos,
extraviados,
en el laberinto, del universo,

Pero, puede aparecer de pronto,
una figura humana,
que sea como un cirio,
dulcemente encendido.

Como un sol personal,
o como el recuerdo,
de que hay también luceros,
con su hermosura y tiernos,
cantando,
entre las viejas venas de la tierra,

Como un mapa,
o como una mariposa,
que se queda adherida,
en un espejo, cubierto de pana,


Una dulce piel invade,
e ilumina las praderas,
oscuras del corazón,
por donde caen presas,
junto, a una centella,
o a un árbol florecido,

Esa piel luminosa,
en de pronto,
el adorno más bello de la vida,
es la respuesta pedida,
largamente,
a la impenetrable noche.




LAS ESTRELLAS.


Bocarriba estaba en el campo,
solos, la tierra y yo,
con las estrellas relucientes,
ponía mis ojos para verlas,
y allá en el pueblo,
se oían las campanas,
que tocaban a muerte.

¿O serán las estrellas,
los oídos del cielo,
por donde arriba oyen,
tu cantar a un te quiero,
o tu risa en el baile?.

¡No!, son los ojos de las estrellas,
son sus miradas,
son sus alegres fiestas,
yo, anoche, bien la veía,
que estaban contentas,

Como el quien puede mirar,
desde una montaña,
a una muchacha guapa,
asomada a la ventana,
o recogiendo azucenas,
en su jardín.

Yo quisiera tener,
tantos ojos, como tiene el cielo,
para verte con ellos,
y poder sentir en mi pecho,
el roce de tu piel,
con la luz de las estrellas,
para poderte dar, un beso.












EL VIENTO.


Escucha como el viento,
me llama en silencio,
se me quiere llevar,
y alejarme de tu lado.

Juntemos, frente con frente,
atemos, nuestros cuerpos,
procuremos que el viento,
no se entere,
porque el amor nos quema,
y deja, que el viento pase,
sin que pueda llevarme,

Deja que el viento se esconda,
en el más allá, del infinito,
que me llame, que me busque,
mientras yo, en el mar sumergido,
y con tus preciosos ojos,
descansaré contigo.





























TE GUARDO COSAS.


Guardo de ti…
aquella voz suave,
la de aquella tarde,
no fue como un gemido,
era tan dulce,
que en el recuerdo,
era como savia,
de aquel árbol perdido,

Guardo…
mil litros de llanto,
vertidos,
en una noche de estío,
con suplicantes gritos,
entrecortados y rotos,
empapando tus laberintos,
tus silencios,
mientras caían derrotados,
en el suelo frío.






























Y LUEGO, NADA DE NADA.


Pasé por ti,
como una borrasca,
como una tempestad,
anunciada.

Pasé, así,
como una ráfaga de viento,
pero obedeciste,
a tu ímpetu andariego,
y yo obedecí,
a mi búsqueda de afectos,

Pasaste por mí,
como una ola que se rompe,
con furia de una noche,
de silencio,

Como una estrella,
que no da tiempo,
a pensar en su forma,
será su destino.

Pasamos así,
sin darnos cuenta,
de la quietud, al desasosiego,
y luego nada…
nada…solo silencio.



















ACASO FUE…


Acaso fue la tarde,
la que se escondió,
en su penumbra,
o fue el sentimiento,
el que la durmió.

Acaso fue el cansancio,
el que me envolvió
en tanta ternura,
o fue el colchón,
sin tener sueños,
el que me durmió.

Acaso fue el silencio,
el que atrapó,
a mi corazón,
en un vacío y sin ruidos,
y luego lo durmió.

Acaso fue el tiempo,
el que frenó,
a mis impulsos,
en un corto espacio,
y luego los durmió.

O…acaso fui yo,
quien invitó,
a este “mi todo”,
para aplacar la tormenta,
y luego se me durmió.

















ALGÚN DÍA ME IRÉ.


Algún día me iré…
pero…aquí me quedaré,
me quedaré, porque soy de aquí,
y siempre recordaré,
cada momento este lugar,
de este puerto, tan pesquero.

Recordaré, cada silencio,
de este mi querido mar,
más eterno,

No olvidaré las calles,
tampoco olvidaré, el cielo…
no olvidaré la brisa,
que me dio paz, a mi alma,
me dio, el sentido,
de la más apreciada calma.

Tal vez, mañana me iré,
me iré, con tu recuerdo,
que solo lo conoce, el silencio,
el silencio que dejaré,
provocará al tiempo,
que suele hacer, en febrero.

¡ Creo que lo debo pensar!,
¡ o tal vez…
¿dónde mejor voy a estar?,
¡pues…me quedo!

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